martes, 27 de marzo de 2012

2º (Confesiones de añoranzas)

Escribir grandes versos mientras suena la música al piano, esa música que desde un principio me cautiva y me embelesa, esa música que nunca me fallará.
Alguien con quien llorar, alguien con quien reír, a quien confesarle mis mas profundos e inconfesables secretos.
Un café bien caliente, una terraza de París, el humo de un buen cigarrillo impregnando la atmósfera creada entre nosotros.
Las caricias. Esa soledad mutua en esa habitación cálida y fría al mismo tiempo. Esos cambios de humor. La desesperación. La alegría. El amor. La amistad. El respeto. El cariño.
A ti querido amigo que nunca me fallaste ni me fallarás, a quien acaricio con la dulzura de un niño chico, a ti mi querido piano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario